lunes, 26 de octubre de 2009

El mamar no se puede acabar

Lo reconozco. Ese es el primer paso. No puedo pensar cuando me falta, me pongo de mal humor, no consigo entretenerme con nada. Esta sustancia es más fuerte que yo.
La leche de mi madre. Es lo único que tengo en mi cabecita cuando se me pasa el efecto de la toma anterior. Ya sé que he comenzado a sustituirla por papillas de cereales, de carne, de pescado, de garbanzos y de lentejas y de fruta. Pero siempre tengo un huequecito de mi estómago para llenarlo de leche de mi madre. Y para cogerme a su pecho y notar su calor.
Sé que esto no puede durar porque lo bueno siempre termina. Pero me niego a admitir que algún día tenga que vivir sin notar el sabor de la leche en mi boca cuando me dejan en la cuna.


Estas fotos demuestran lo duro que es el síndrome de abstinencia:






Bebés uníos, alzad vuestros pezones y gritad: ¡yo mamo de la teta!

domingo, 25 de octubre de 2009

Para los que entran todos los días a este blog

Estas fotos van dedicadas a todos ellos porque sé que siempre entran con esperanzas de encontrar algo nuevo y casi nunca lo encuentran.





Mis carusas más utilizadas (bueno faltarían la del lloro y la de la nueva risa que tengo rollo el cordobés imitado por Alfonso Arús, jeje).

besos a todos