Un día de otoño

Ahora que el verano parece tan lejano y comienzan a caer las hojas de los árboles, los fines de semana buscamos lugares cerrados para no pasar frío. Últimamente vamos a muchos talleres donde hacemos muchas cosas diferentes. Lugares donde hay peluches de diferentes formas y niños corriendo de un lado para otro y saltando y riendo y gritando. Y yo también corro, salto y grito y pongo cara de payaso cuando me hacen una foto. Y bailamos escuchando canciones de Hora de Aventuras que tocan un grupo con guitarras y todo.

Sitios donde pintamos a nuestras familias y a mí me salen con unas piernas muy largas y unas cabezas diminutas y unas manos enormes con cuatro o cinco dedos, según me apetezca en ese momento. Y me encanta tumbarme a dibujar y mi padre me dice que me parezco a unas jóvenes de hace muchos años que se tumbaban igual a escuchar discos. Ahora me he perdido con lo que estaba diciendo... ¡ah, sí! que en todos estos sitios coincido con amigos con los que pintar a nuestras familias.

 Y, a veces y solo a veces, en esos sitios me regalan una camiseta y me dejan pintarla a mí. Mi padre me dibuja a Pomelo que es el personaje de algunos de los cuentos que más me gustan y yo pinto lo que dice la señorita con el micro en la mano. Con puntitos primero y con líneas después. Y pongo mucho interés para que me salga una camisa bonita porque luego me la podré poner para ir al colegio o a otros sitios donde me lleven mis padres.

 Y al final mi padre me pinta la espalda. Se queda un rato pensando y comienza a dibujar algo. Claro, yo no sé lo que es porque no puedo verme la espalda porque como está detrás mío, pues no puedo verme la espalda. Y cuando termina me dice que me va a hacer una foto y entonces ya veo lo que tengo en la espalda. Es un uno. Yo sé ya como es el uno porque en mi cole me han enseñado el uno, el dos, el veintiocho... Y también pone Celia y también lo sé porque me lo han enseñado. Y así termina un día de otoño.

Cosas que he hecho este verano

Comer helados.

Hacer amigos (algunos un poco piratas).

Cocinar con mi padre. La pizza es lo que mejor nos sale.

Pintar. Me encanta pintar y siempre estoy regalando mis cuadros. Mis papás dicen que soy muy generosa.

Hacer más amigos (algunos un poco melones).

Visitar cosas que están lejos. Habría que preguntarle a mi padre porqué quería que me hiciese una foto frente a este edificio que llama SGAE.

Y otras que están más cerca, como las universidades de mi padre y de mi madre. Bebé nos acompañaba porque tenía que cuidar de él y no podía dejarlo solo en casa, claro.

Hacer castillos. Me encanta hacer castillos en la arena, pero yo sola no. Mi papá tenía que ayudarme y cogíamos piedrecitas en la orilla para ponerlas en el castillo y que estuviese bonito.

Ir a exposiciones. En una de ella se veían juguetes pero no podía cogerlos porque estaban en un cristal. Eso no me gustó.

Y, por supuesto, ir mucho mucho a la playa.

Pero el verano termina y todos tenemos que volver a nuestros coles y trabajos. Así que desde aquí os mando un saludo fuerte.

Paseo por la playa

Hace tiempo que no escribía, pero es que estoy tan ocupada... Me paso el día jugando, en la piscina, en el parque, paseando... No paramos mamá y yo. Papá aún no tiene vacaciones pero ya le queda solo un día de trabajo y podremos pasar tooodo el tiempo juntos. Le echo mucho de menos cuando está trabajando, pero el fin de semana me dedica todas las horas del día para hacer cosas muy interesantes y divertidas. Mamá siempre nos saca fotos para poder compartirlas con todos vosotros.

¡Feliz verano!

 

 

Merienda Pop con Tórtel

Hace un par de semanas fuimos a otra Merienda Pop. En esta ocasión tocaban Tórtel y tengo que decir que me encantó el concierto. En realidad ya los había visto antes porque Jorge, el cantante, es amigo de mis padres. Siempre me cuentan que la primera canción que compuso Jorge para Tórtel, la toco en el salón de nuestra antigua casa.

 

 Bueno, pues esta vez me lo pasé también tan genial porque vino mi amigo Andreu. Él era la primera vez que iba a un concierto porque aún no tiene dos años, pero también le gustó. Se pasó todo el concierto con la boca abierta, asombrado. No me extraña. Tampoco había probado las palomitas y no se atrevió a comerlas hasta que no vió que me las comía yo. Por cierto, me comí por lo menos cuatro cuencos de palomitas...

Viendo cómo se acerca el verano...

Pues sí, el verano está cada vez más cerca. Tengo unas ganas enormes de que acabe ya el colegio para no tener que madrugar, para dormir siestas interminables, para acostarme tarde, para ir a la playa, para bañarme en la piscina, para tomar una cervecita en una terracita (bueno, eso es lo que dice mi padre, a mí me piden un zumo), para irme de viaje y para jugar, jugar y jugar tooooodo el tiempo...

Al estilo Mad Men

Brunch en la Ola Fresca

Mis padres han descubierto un sitio donde hacen brunch los domingos. Yo no tenía ni idea de lo que es esto, pero ahora ya lo sé. Es muy típico de Nueva York y es una combinación entre desayuno y comida. ¡Como podéis ver, no faltaron los huevos con bacon!

                                                                    

"Pero, ¿qué haces, papá?"

Pero lo mejor, sin duda, es el encanto que tiene el sitio. Había un montón de juguetes con los que pude jugar y una de las camareras se llamaba como yo. Es raro, no me suelo encontrar con muchas chicas que se llamen Celia.

Concierto de Josh Rouse

A mis padres les gusta mucho ir de conciertos. Siempre que sale algún grupo en la tele me dicen que ellos lo han visto en concierto. Me cuentan que cuando eran jóvenes iban a festivales y mi padre me dice que cuando yo sea adolescente me llevará al Festival de Benicasim. ¡¡¡Uf!!! Espero que de aquí a que sea adolescente se le haya olvidado, porque si no que marrón tener que llevarme a mi padre detrás todo el día...

Bueno, pues como ahora me tienen a mí, pues les resulta más complicado ir de conciertos. Aunque a veces me dejan en casa de alguna abuela y se van ellos. Eso sí, yo me enfado un montón porque siempre dicen que somos una familia. Pues si somos una familia lo somos para todo, ¿o no? En fin, que como a mí también me gusta ir de concierto, pues buscan conciertos para niños de músicos que ellos les gustan. Y oye, ¡¡¡eso está muy bien!!! Yo me lo paso bomba y mis papis también.

El último concierto al que me llevaron fue el de un tipo americano que se llama Josh Rouse. A mí me gusto, pero tengo que reconocer que es un poco sosete... A mí es que me gusta algo un  poco más animado... Pero oye, que para una tarde de domingo estuvo muy bien. A estos conciertos les llaman "Merienda Pop" y lo mejor de todo... ¡¡¡son las palomitas!!!

Me parezco a papá o a mamá???

Desde el día que nací he escuchado un montón de veces que si me parezco a mi madre, que si me parezco a mi padre, que si tengo la boca de mi madre y la cabeza de mi padre, que si los ojos son de mi abuela, que si el carácter es de mi tía, que si estoy muy mezcladita (esta me hace mucha gracia) y un laaaargo etcétera.

Pues bien, como todos conocéis a mis padres en la actualidad, he decidido poner un par de fotos de ellos de cuando eran pequeños, para que todos aquellos que estéis aburridos, os entretengáis un rato buscando parecidos. Qué os divirtáis!!!

50% de papá

+ 50% de mamá

= 100% Celia

Micro-concierto familiar

Hace unas semanas estuvimos una mañana en La Rambleta. Hacían un taller para crear instrumentos con material reciclado y luego un concierto para nenes a cargo de Senior.

Todos participando en la jam

Fuimos con mi amigo Lorenzo y tocamos nuestros instrumentos mientras los dos señores con barba tocaban las guitarras y cantaban. Romeo, el hermano pequeño de Lorenzo, se subió al escenario y estuvo bailando entre los barbudos. Era muy divertido verlo allí, jeje.
Al final del concierto me acerqué a decirle a Senior que no había cantado la canción que conocía: "El bon any". En casa la cantamos y la bailamos a veces y mi padre no paraba de decirme que la tocaría esa mañana. En fin...

"Ja ha començat, ja ha començat, ja ha començat... el bon any"

Fallas en Granollers

Estas pascuas estuve en Granollers con mis tios Laura y Javi (y Blanca que cuando tenía un año y medio la llamaba Pata porque no sabía hablar bien, jeje). La verdad es que me sentía muy cómoda allí. Dejaba a mis padres en la cama durmiendo y me iba a desayunar con mis tios y por las tardes paseaba a Blanca.

De moderneo por Barcelona

Pasamos un día en Barcelona y comimos con mi tío Juanjo, que nos llevó a callejear por el Born y la Barceloneta. La playa estaba llena de guiris vestidos, parecía una playa americana.

¡¡Qué rico el Calippo!!

A la vuelta paramos en Tarragona y allí fuimos al Puente del Diablo. Paseamos por el acueducto que tantas ganas tenía de ver mi tío Javi.

Aunque el diablo se vista de Prada...

Después visitamos Tarragona y comimos allí. Paseamos por sus calles, vimos la catedral y los restos romanos frente al mar.

¡Mira, Papi, soy casi tan alta como la catedral!

De vuelta, aun estaban las fallas, preparadas para quemarse. Los niños tiraban petardos, pero estabamos muy cansados y no tardamos en irnos a dormir.

El futuro

"¿Por qué estás triste, Papá?" le pregunto. Él toma aire, traga saliva y me contesta en voz baja. "Más alto, bebé, que no te oigo" le digo mientras le cojo la barbilla.

Y al final, tal como me había explicado mamá, acabamos hablando de estrellas en el cielo por las noches.

"¿Y cuál es?", y él me contesta "la que más brilla".