Aquí van dos en una: viajar a Zaragoza y perseguir las palomas.
Las "ratas con alas" como las llama mi mamá salían volando cuando me acercaba a ellas, no sé porqué. Luego hacía como que les daba comida pero no tenía nada en la mano. Pero ellas no se acercaban. Preferían los ganchitos de los otros niños, snif.